martes, 1 de noviembre de 2011

Eutanasia: Auxilio del dolor irreparable.

Muchas personas y también algunas religiones, creen que Dios da la vida y por lo tanto sólo a Él le corresponde quitarla. Por lo tanto, la eutanasia [1], en este caso, sería considerada como rechazo a los mandamientos de Dios. Sin embargo, desde otra perspectiva,  se estima de injusta la utilización de un argumento religioso para decidir política y públicamente sobre un tema tan controversial y complejo como éste.

La eutanasia es un tema muy discutible si se analiza desde diferentes puntos de vista, como por ejemplo, de la perspectiva de la medicina, de la política, de lo ético, moral pero por sobre todo religioso. Por lo cual el enfoque puede ser muy variado, dependiendo de la perspectiva que se maneje o de la cual uno quiera darle.
               
         Por ejemplo, un médico tiene la posición de ayudar al paciente, y si éste va a morir, el médico puede optar por ayudar a que el enfermo tenga un bien morir, en vez de que tenga sufrimiento y dolor extenso; los médicos tienen esa visión, ya que están relacionados con diferentes tipos de enfermedades, principalmente terminales, por eso saben el grado de sufrimiento o dolor que le espera al paciente antes de llegar al desenlace final.

En cambio, desde la perspectiva religiosa, se oponen rotundamente a la eutanasia, porque ellos tienen el mensaje de que “Dios da la vida, y sólo él tiene el derecho a quitarla”, como resultado de ello, la Iglesia Católica, o más bien, las religiones que tienen esa visión de que nuestras vidas no nos pertenecen, pienso que nunca estarán de acuerdo con esta práctica. Además la Iglesia Católica tiene mucho poder político en la mayoría de los países del mundo.

Otro factor que tiene peso en la decisión de la eutanasia, es el aspecto económico. En una situación en la que la posibilidad de curación de un paciente es nula, y el esfuerzo económico puede resultar muy grande para poderle prolongar la vida, la balanza se inclina hacia la eutanasia, ya que ese dinero se puede invertir en otras situaciones donde las posibilidades de vida existen.

Por ejemplo, utilizarlo en programas de cuidado prenatal y postnatal de infantes en situaciones de riesgo, o bien, apoyos nutricionales a poblaciones de bajos recursos.


¿Qué hay de las personas que por causa de un accidente, no llevan una vida digna?
               

Para el enfermo terminal, los sufrimientos y dolores van más allá de algo físico, sino que se torna un desconsuelo sicológico, donde la vida para esa persona, pierde valor y significado, de forma que la muerte es preferible.

Pienso que para la familia puede ser difícil que un familiar tome una decisión como la de aplicarse la eutanasia, pero creo que, situándome en el caso de que si esa persona se va a sentir feliz con esa decisión, personalmente, aceptaré su opción, porque a mi percepción, sería un egoísmo, querer que aquella persona siga viviendo una vida que no le es digna, ya que pondría primero mi tristeza por su ausencia, a la infelicidad de ese familiar de seguir viviendo en sufrimiento.

Existe un caso estremecedor, que estoy seguro que al escuchar su testimonio, cualquier persona pensaría en estar a favor de la eutanasia, su nombre es Ramón Sampedro, que a los 25 años quedó inmóvil desde el cuello hacia abajo, y él estuvo aproximadamente 28 años luchando en procedimientos legales contra el gobierno español, para que aprobaran la práctica de la eutanasia, sin embargo, no tuvo ningún resultado favorable, hasta que decidió que le colaboraran secretamente a morir. Su historia, se llevó al cine en "Mar Adentro", ganadora de un premio Oscar.


“Vivir es un derecho, no una obligación” Ramón Sampedro.

       Esa frase me ayuda a comprender en la situación en la que Ramón estaba, donde él no podía dejar de sufrir, ya que estaba literalmente obligado a vivir indignamente.


Para concluir, la eutanasia es realmente un tema muy apasionante, donde se pueden discutir muchas cosas, sin embargo, a mi parecer, si se aprobara una ley a favor de la eutanasia, creo que sería basada en la petición del paciente donde podrá elegir ser asistido para poder morir con dignidad y poner fin al sufrimiento, teniendo así el beneficio de éstas nuevas técnicas médicas que le permitan aliviar su dolor.



[1] La palabra eutanasia deriva de las raíces griegas “eu”, bueno, y thanatos, muerte; lo cual hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su sufrimiento.

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